“EL ANATOMISTA”
de Federico Andahazi
Versión: Luciano Cazaux
Dirección: José María Muscari
Elenco: Alejandro Awada, Antonio Grimau, Walter Quirós, Sofia Castiglione, Romina Ricci, Alejandra Rubio.
Teatro Regina Tsu
Santa Fé 1235
Funciones: miércoles a sábados 21hs, dgos. 20hs.
El anatomista, la novela de Federico Andahazi, best seller argentino, traducido a más de treinta idiomas llega al teatro en la versión de Luciano Cazaux bajo la dirección de José María Muscari.
Es la historia de Mateo Colón, anatomista del renacimiento, que con el afán de obtener el amor de Mona Sofía no escatima en métodos experimentando con filtros, prostitutas y cadáveres. Llegando de esta manera al descubrimiento del “clítoris” que denomina “amor veneris” hecho que lo enfrenta a la iglesia y lo que es peor al juicio de la Santa Inquisición.
A modo de instantáneas rápidas, en un relato fragmentado donde los actores cortan por momentos el hilo argumental con diálogos coloquiales entre sí, parando la acción e indicando la siguiente escena. Esta puesta mantiene la intriga e ironía del texto agregándole la cuota de frescura, humor y erotismo necesaria, con un elenco jugado que desafía la mutilación y tabúes impuestos aún hoy al sexo y el enfrentamiento que acarrean estos temas con la iglesia.
Alejandro Awada imprime a su cuerpo la actitud idealizada por los lectores del libro, de cómo sería Mateo Colón; Sofía Gala sugiere e instala la prostituta inalcanzable; Romina Ricci es Inés de Torremolinos, la viuda de vida ascética que se somete a la ablación para acallar el pecaminoso deseo; Antonio Grimau el inquisidor Monseñor Alessandro que también debe luchar contra los impulsos de la carne; la multifacética Alejandra Rubio como Beatriz y, finalmente, Walter Quirós en un logrado Leonardino, el sirviente que traduce y elabora las acciones al espectador.
Esta producción se realza además con la música de Santaolalla, el vestuario preciso de Renata Schusshein, los didácticos recursos audiovisuales de Casado Rubio, la escenografía de Marcelo Valiente y la iluminación de Gonzalo Córdoba, que consiguen una mixtura con olor a recuerdo de otra época y a presente con un tema de fondo que todavía es tratado con vergüenza.
Destaco además la re-escritura de Luciano Cazaux y la dirección de José María Muscari por el desafío y por conseguir este delicioso y sólido juego actoral.
MUY BUENA.
Mabel Loschiavo.
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