“EL MISTERIO DE DAR”
De Griselda Gambaro
Dirección: Laura Yusem
Unipersonal con la actuación de Adriana Aizemberg
Teatro Nacional Cervantes Libertad 815
El Cervantes repone la obra de Griselda Gambaro
Múisca: Claudio Koremblit y Adriana de los Santos
Diselo de imuninación Alejandro Le Roux
Sala Luisa Vehíl Funciomes: viernes y sábados a las 19.00 horas y los domingos a las 18.30
Un misterio es algo que no se puede explicar, comprender o descubrir, algo reservado, secreto o recóndito. Según algunos filósofos misterio significa luz, una luz de tal plenitud que el conocimiento y el lenguaje humano no lo pueden percibir en su totalidad. Misterio no significa que el esfuerzo del pensamiento choca contra un muro, sino por el contrario que este esfuerzo se atreve a penetrar en aquello que no se puede abarcar con la vista, en el espacio ilimitado en anchura y profundidad de la creación.
La señora Schneider vive sola, viene de cobrar su mísera pensión en un día muy frío, pero le ocurrió algo particular, algo que cambió su mirada acerca de un montón de cosas, se permitió una aventura. Al llegar a su casa, tiene necesidad de contarlo a pesar de tener por compañía un viejo piano, que suena cuando pasa el tren y un caballito de madera de cola larga con una base de balancín. Ella de todos modos conversa con algo que podría ser el espíritu de su esposo, recorre su vida ordenada y metódica, sin salirse jamás de los cánones estrictos.
A pesar de sus dolorosas pérdidas, su marido y un hijo pequeño, está entera y no quiere adoptar la actitud de una anciana decrépita. Pero no puede dejar de pensar en el hecho misterioso que significó dar, se conmovió con una madre y su hijo pidiendo y no le dio una pequeña limosna, les dio todo lo que tenía.
Ahora se siente feliz, analiza esa actitud que en otro tiempo no hubiera realizado y se queda con el instante y los gestos, comprende que fue mucho más, traspasaron barreras, se dieron afecto y se sintieron menos solos.
Adriana Aizenberg, es una anciana lúcida, creíble y conmovedora, que encuentra explicación a lugares por los que no había transitado, en una magnífica fusión con la poética del texto de Griselda Gambaro. BUENA.
Mabel Loschiavo.
Dirección: Laura Yusem
Unipersonal con la actuación de Adriana Aizemberg
Teatro Nacional Cervantes Libertad 815
El Cervantes repone la obra de Griselda Gambaro
Múisca: Claudio Koremblit y Adriana de los Santos
Diselo de imuninación Alejandro Le Roux
Sala Luisa Vehíl Funciomes: viernes y sábados a las 19.00 horas y los domingos a las 18.30
Un misterio es algo que no se puede explicar, comprender o descubrir, algo reservado, secreto o recóndito. Según algunos filósofos misterio significa luz, una luz de tal plenitud que el conocimiento y el lenguaje humano no lo pueden percibir en su totalidad. Misterio no significa que el esfuerzo del pensamiento choca contra un muro, sino por el contrario que este esfuerzo se atreve a penetrar en aquello que no se puede abarcar con la vista, en el espacio ilimitado en anchura y profundidad de la creación.
La señora Schneider vive sola, viene de cobrar su mísera pensión en un día muy frío, pero le ocurrió algo particular, algo que cambió su mirada acerca de un montón de cosas, se permitió una aventura. Al llegar a su casa, tiene necesidad de contarlo a pesar de tener por compañía un viejo piano, que suena cuando pasa el tren y un caballito de madera de cola larga con una base de balancín. Ella de todos modos conversa con algo que podría ser el espíritu de su esposo, recorre su vida ordenada y metódica, sin salirse jamás de los cánones estrictos.
A pesar de sus dolorosas pérdidas, su marido y un hijo pequeño, está entera y no quiere adoptar la actitud de una anciana decrépita. Pero no puede dejar de pensar en el hecho misterioso que significó dar, se conmovió con una madre y su hijo pidiendo y no le dio una pequeña limosna, les dio todo lo que tenía.
Ahora se siente feliz, analiza esa actitud que en otro tiempo no hubiera realizado y se queda con el instante y los gestos, comprende que fue mucho más, traspasaron barreras, se dieron afecto y se sintieron menos solos.
Adriana Aizenberg, es una anciana lúcida, creíble y conmovedora, que encuentra explicación a lugares por los que no había transitado, en una magnífica fusión con la poética del texto de Griselda Gambaro. BUENA.
Mabel Loschiavo.
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