“EL AHORCADO”
Historia de una pasión de Stela Camilletti
“Segundo premio Concurso de dramaturgia para el Bicentenario.”
Teatro Nacional Cervantes. Libertad 815 Sala María Guerrero
Elenco: Héctor Bidonde (Leandro), Hedi Fauth (Marcelina), Cutuli (Bufón), Fernando
Martín (guardia).
Funciones: jueves, viernes y sábados 21:30hs, domingos 21hs.
Dirección: Andrés Bazzalo
Ambientada en el convulsionado Buenos Aires de 1853, donde tras la caída de Rosas y su exilio, un grupo de seguidores se alza pidiendo su restitución.
Entre los revoltosos se destaca Leandro Antonio Alén, pulpero devenido luego en mazorquero, que con la promesas de perdón desiste de su intento y se entrega a las fuerzas unitarias.
Este personaje es juzgado por abusos y condenado a la horca, la ejecución se lleva a cabo en la plaza de la Concepción, ante la mirada que nunca encontró explicación, la de su hijo Leandro N. Alem el fundador del partido radical.
Pero en ese lugar y en esa familia signada por la tragedia había otro nombre que pasaría a la historia, el nieto del ahorcado en brazos de Marcelina otra de sus hijas, del que muchos sostienen que fue el causante de la muerte de Leandro Nicéforo Alem.
Muy interesante evocación de un hecho histórico, con una puesta en escena que reproduce la celda del condenado, que comparte con un bufón, de cuyos diálogos y los sostenidos con la hija reales o dentro de una concepción onírica, nos refleja el contexto social de una época.
Con destacadas actuaciones y además sumando a la estética lograda el realce de la música ejecutada en vivo con cajón y cuerdas, reviviendo la pasión federal de los mulatos con el candombe. MUY BUENA.
Mabel Loschiavo.
La “N” de Leandro N. Alem, por Daniel Balmaceda de su libro “Espadas y corazones.”
“Se terminaba el año 1853 y también se acababa la vida de Leandro Antonio Alén padre del célebre dirigente radical. Había formado parte de la Mazorca, el grupo parapolicial acusado de varios crímenes en Buenos Aires durante la época de Rosas. Lo Juzgaron y lo condenaron al pelotón de fusilamiento el 29 de Diciembre a las nueve de la mañana. La Guardia Nacional se hizo cargo de la ejecución. Leandro, su hijo, tenía catorce años cuando colgaron su cuerpo en la plaza, en medio de la algarabía general. El futuro radical, que había sido bautizado en la parroquia de Balvanera con el nombre de Leandro Alén, sintió que el apellido le pesaba y se lo cambió por el de Alem. Eso no fue todo. En sus tarjetas personales y en su firma apareció una nueva modificación: allí figuraba como Ln.Alem.
Alguien le preguntó que quería decir esa ene y él respondió: “quier decir nada”. Para la posteridad el fue Leandro. N. Alem. Y hasta se inventó un nombre para esa ene inicial. Sin ningún tipo de fundamento quedó como Leandro Nicéforo Alem.”
“Segundo premio Concurso de dramaturgia para el Bicentenario.”
Teatro Nacional Cervantes. Libertad 815 Sala María Guerrero
Elenco: Héctor Bidonde (Leandro), Hedi Fauth (Marcelina), Cutuli (Bufón), Fernando
Martín (guardia).
Funciones: jueves, viernes y sábados 21:30hs, domingos 21hs.
Dirección: Andrés Bazzalo
Ambientada en el convulsionado Buenos Aires de 1853, donde tras la caída de Rosas y su exilio, un grupo de seguidores se alza pidiendo su restitución.
Entre los revoltosos se destaca Leandro Antonio Alén, pulpero devenido luego en mazorquero, que con la promesas de perdón desiste de su intento y se entrega a las fuerzas unitarias.
Este personaje es juzgado por abusos y condenado a la horca, la ejecución se lleva a cabo en la plaza de la Concepción, ante la mirada que nunca encontró explicación, la de su hijo Leandro N. Alem el fundador del partido radical.
Pero en ese lugar y en esa familia signada por la tragedia había otro nombre que pasaría a la historia, el nieto del ahorcado en brazos de Marcelina otra de sus hijas, del que muchos sostienen que fue el causante de la muerte de Leandro Nicéforo Alem.
Muy interesante evocación de un hecho histórico, con una puesta en escena que reproduce la celda del condenado, que comparte con un bufón, de cuyos diálogos y los sostenidos con la hija reales o dentro de una concepción onírica, nos refleja el contexto social de una época.
Con destacadas actuaciones y además sumando a la estética lograda el realce de la música ejecutada en vivo con cajón y cuerdas, reviviendo la pasión federal de los mulatos con el candombe. MUY BUENA.
Mabel Loschiavo.
La “N” de Leandro N. Alem, por Daniel Balmaceda de su libro “Espadas y corazones.”
“Se terminaba el año 1853 y también se acababa la vida de Leandro Antonio Alén padre del célebre dirigente radical. Había formado parte de la Mazorca, el grupo parapolicial acusado de varios crímenes en Buenos Aires durante la época de Rosas. Lo Juzgaron y lo condenaron al pelotón de fusilamiento el 29 de Diciembre a las nueve de la mañana. La Guardia Nacional se hizo cargo de la ejecución. Leandro, su hijo, tenía catorce años cuando colgaron su cuerpo en la plaza, en medio de la algarabía general. El futuro radical, que había sido bautizado en la parroquia de Balvanera con el nombre de Leandro Alén, sintió que el apellido le pesaba y se lo cambió por el de Alem. Eso no fue todo. En sus tarjetas personales y en su firma apareció una nueva modificación: allí figuraba como Ln.Alem.
Alguien le preguntó que quería decir esa ene y él respondió: “quier decir nada”. Para la posteridad el fue Leandro. N. Alem. Y hasta se inventó un nombre para esa ene inicial. Sin ningún tipo de fundamento quedó como Leandro Nicéforo Alem.”
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