EN TREN DE SOÑAR
de Eduardo Rovner.
Dirección Corina fiorillo.
Elenco: Alejo Mango, Luis Gasloli y Celeste Gerez.
Teatro Sha Sarmiento 2255
Diseño de escenografía: Julieta Risso
Diseño de iluminación: Soledad Ianni
Música: Rony Keselman
Diseño de vestuario: Julieta Risso y Matiana Pérez Cigoj
Funciones: domingos 19 hs.
“Los sueños se marchaban de viaje. Helena iba hasta la estación del ferrocarril. Desde el andén, les decía adiós con un pañuelo”. El adiós de los sueños, de Eduardo Galeano.
Los sueños han sido motivo de estudio, inspiración, presagio y mensaje para muchas civilizaciones. Haciéndonos sentir, mientras los habitamos, cautivos de esa realidad onírica. Esta curiosidad de la humanidad no estuvo ajena al arte, muy por el contrario, fue reveladora de grandes obras.
En esta oportunidad el Teatro Sha, nos acerca una bella y singular propuesta, En tren de soñar, para reflexionar sobre el mundo de los sueños.
Es la historia de dos personajes, protagonistas de los sueños de un soñador, en el andén de una estación de ferrocarril, fuera del sueño.
Uno es músico trompetista (Luis Gasloli), que anhela ser como Louis Armstrong, pero se queda corto; el otro se insinúa como el álter ego de Giácommo Casanova (Alejo Mango) y tiene actitudes de poeta. A este dúo se suma una bella mujer (Celeste Gerez), graciosa muñequita de caja musical, clown, tamboril, o femme fatale indispensable para los roles que proponen las distintas situaciones.
Louis y Giácommo participaron de un sueño donde se enfrentan por el amor de una mujer. Giácommo le disparó a Louis con un trabuco pero no sabe si realmente dio en el blanco. Louis maquillado de negro se encuentra con Giácommo en la estación, y éste último trata de convencerlo de volver a ese sueño del incidente del arma para ver como terminó.
Mientras esperan, uno toca siempre la misma melodía; el otro recita improvisados poemas que mezclan marchas patrias, cuentan aventuras increíbles de lugares remotos, fuera del sueño. Se rebelan contra la tiranía del soñador, que en algún momento también cuestiona la sexualidad de ambos y lo desafían a dejarlo.
El sujeto soñador aparece cuando ellos deciden buscar en otro sueño a la mujer que los involucra y deja caer las máscaras de estos dos seres, pálidas expresiones de lo que realmente quieren imitar.
Y aquí se relacionan los sueños con lo que propone la actuación: cumplir la fantasía de ser
otros por imposición, o ser gestores de los propios sueños. Corina Fiorillo da forma con
una impecable puesta y dirección a la original mirada de Eduardo Rovner sobre el tema.
La escenografía permite al espectador dejar volar su imaginación, con solamente algunas
valijas, con interpretaciones que conmueven, transitando los diferentes climas que
propone la poesía de este texto.
Publicado por Mabel Loschiavo 22/06/2012
de Eduardo Rovner.
Dirección Corina fiorillo.
Elenco: Alejo Mango, Luis Gasloli y Celeste Gerez.
Teatro Sha Sarmiento 2255
Diseño de escenografía: Julieta Risso
Diseño de iluminación: Soledad Ianni
Música: Rony Keselman
Diseño de vestuario: Julieta Risso y Matiana Pérez Cigoj
Funciones: domingos 19 hs.
“Los sueños se marchaban de viaje. Helena iba hasta la estación del ferrocarril. Desde el andén, les decía adiós con un pañuelo”. El adiós de los sueños, de Eduardo Galeano.
Los sueños han sido motivo de estudio, inspiración, presagio y mensaje para muchas civilizaciones. Haciéndonos sentir, mientras los habitamos, cautivos de esa realidad onírica. Esta curiosidad de la humanidad no estuvo ajena al arte, muy por el contrario, fue reveladora de grandes obras.
En esta oportunidad el Teatro Sha, nos acerca una bella y singular propuesta, En tren de soñar, para reflexionar sobre el mundo de los sueños.
Es la historia de dos personajes, protagonistas de los sueños de un soñador, en el andén de una estación de ferrocarril, fuera del sueño.
Uno es músico trompetista (Luis Gasloli), que anhela ser como Louis Armstrong, pero se queda corto; el otro se insinúa como el álter ego de Giácommo Casanova (Alejo Mango) y tiene actitudes de poeta. A este dúo se suma una bella mujer (Celeste Gerez), graciosa muñequita de caja musical, clown, tamboril, o femme fatale indispensable para los roles que proponen las distintas situaciones.
Louis y Giácommo participaron de un sueño donde se enfrentan por el amor de una mujer. Giácommo le disparó a Louis con un trabuco pero no sabe si realmente dio en el blanco. Louis maquillado de negro se encuentra con Giácommo en la estación, y éste último trata de convencerlo de volver a ese sueño del incidente del arma para ver como terminó.
Mientras esperan, uno toca siempre la misma melodía; el otro recita improvisados poemas que mezclan marchas patrias, cuentan aventuras increíbles de lugares remotos, fuera del sueño. Se rebelan contra la tiranía del soñador, que en algún momento también cuestiona la sexualidad de ambos y lo desafían a dejarlo.
El sujeto soñador aparece cuando ellos deciden buscar en otro sueño a la mujer que los involucra y deja caer las máscaras de estos dos seres, pálidas expresiones de lo que realmente quieren imitar.
Y aquí se relacionan los sueños con lo que propone la actuación: cumplir la fantasía de ser
otros por imposición, o ser gestores de los propios sueños. Corina Fiorillo da forma con
una impecable puesta y dirección a la original mirada de Eduardo Rovner sobre el tema.
La escenografía permite al espectador dejar volar su imaginación, con solamente algunas
valijas, con interpretaciones que conmueven, transitando los diferentes climas que
propone la poesía de este texto.
Publicado por Mabel Loschiavo 22/06/2012
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