Dentro del marco del Festival Internacional de teatro Clásico Dos Orillas, organizado por la Red del Teatro español de América, se presentan El quijote de Luis Hostalot, y El castigo sin venganza de la Cía. Rakatá. Además de una pieza de Helena Tritek, El amante del amor.
Teatro Metropolitan Corrientes 1343
Funciones: sábado 27, 20:30h y dgo. 28 20h.
Elenco: Mario Vedoya (Duque), Lidia Otón (Aurora), Bruno Ciordia (Marqués de Gonzaga), Jesús Fuente (Batín), Alejandra Sáenz (Casandra), Rodrigo Arribas (Federico), Jesís Teyssiere (Ricardo), Manuel Sánchez Ramos (Floro), Belén Ponce de León (Lucrecia).
Una de las últimas obras dramáticas de este genio de las letras, creador del teatro clásico del "siglo de oro español", escrita en verso con un despliegue increíble de talento y sabiduría.
"El castigo sin venganza", nos pone frente al dilema de ¿qué hacer cuando lo que uno desea se opone a lo que debe ser?
Es la historia de un conde mujeriego, que del fruto de uno de esos amoríos tiene un hijo, Federico, cuya madre muere al nacer.
Llegado a cierta edad el conde se plantea el problema de la herencia, ya que su hijo es considerado bastardo por la sociedad.
El reclamo de los súbditos y de la familia hace que resuelva el problema casándose con una joven de gran belleza, salvando así las apariencias y dejando al hijo protegido.
Llegado el momento envía al hijo a recibir a su prometida, la mala suerte quiere que el carruaje en donde viaja la joven Casandra, tenga un accidente en el río, su hijastro la salva y entre los dos nace un amor prohibido y fulminante.
Este amor clandestino se materializa en hechos, cuando el conde se marcha a luchar a otros estados.
De regreso de las batallas, se entera por unas cartas anónimas, del engaño del que fuera objeto, por su propia sangre.
A partir de allí teje una trama para que el propio Federico ejecute a Casandra y que la confusión lo lleva también a él a la muerte.
Un elenco de jerarquía para una obra donde a través de la poética de las palabras, el autor llega hasta los lugares más oscuros de la condición humana.
Con una escenografía mínima, el acento puesto solamente en la actuación visceral, con los tonos exactos, gran fuerza interpretativa y un nivel actoral impecable. EXCELENTE.
Mabel Loschiavo.