EN EL CUARTO DE AL LADO
de Sarah Ruhl
Adaptación y dirección: Helena Tritek
Diseño de Luces: Jorge Pastorino
Diseño de escenografía y vestuario: Eugenio Zanetti
Intérpretes: Luciano Suardi, Gloria Carrá, Victoria Almeida, Gipsy Bonafina, Esteban Meloni, Erica Spósito, León Bara.
Funciones: miércoles, jueves, viernes y dgos. 21 h, sábados: 22 h. Teatro Apolo.
La dramaturga contemporánea Sarah Ruhl propone en esta obra un tema que todavía es tratado con mucho cuidado en algunas sociedades o culturas: el placer sexual. Para ello se remonta a fines del siglo XIX, cuando aprovechando el invento de la electricidad por Tomás Alba Edison aparecen los primeros vibradores, usados para ayudar a algunas mujeres enfermas de histeria a liberar fluidos vitales.
En esta versión de En el cuarto de al lado, el Dr. Givings (Luciano Cáceres), pone en práctica una máquina inventada por él: un inmenso aparato con extremos intercambiables y vibratorios, con los que lleva a sus pacientes a la exaltación, lo que sería en términos simples a un orgasmo terapéutico, gracias a la maravilla de la tecnología.
Hasta el consultorio de este médico llega la Sra. Sabrina Daldry (Victoria Almeida) para ser curada de su histeria. El profesional la trata ayudado por su asistente Ana (Gipsy Bonafina), la que en algunos casos debe recurrir a la terapia manual.
La esposa del galeno, Catalina (Gloria Carrá), atraída por los gemidos que llegan desde el consultorio a la sala, se atreve a investigar lo que ocurre en ese cuarto, cerrado con llave y prohibido. Con habilidad obtiene información de Sabrina de lo que allí adentro pasa y juntas logran cruzar el umbral de los prejuicios y los deseos reprimidos.
A estos personajes se agregan el pacato esposo de la paciente, el Sr. Daldry (León Bara); Isabel (Erica Spósito), la nodriza y modelo de un cuadro; y Leo Irbing (Esteban Meloni), un excéntrico pintor que pone una cuota de trasgresión para la época.
En el cuarto de al lado es una deliciosa comedia que con leguaje sutil, apropiada dosis de humor y algunos detalles simbólicos, nos muestra lo difícil que fue y sigue siendo la experimentación del placer sin culpa y la libertad del cuerpo.
La puesta y dirección impecable y poética, ajustada a la maestría de Helena Tritek, junto a un grupo de actores que ponen pasión, picardía y talento.
Los detalles de escenografía, iluminación y vestuario tan logrados, que dan una ambientación como detenida en aquella época mediante un destello fotográfico.
Adaptación y dirección: Helena Tritek
Diseño de Luces: Jorge Pastorino
Diseño de escenografía y vestuario: Eugenio Zanetti
Intérpretes: Luciano Suardi, Gloria Carrá, Victoria Almeida, Gipsy Bonafina, Esteban Meloni, Erica Spósito, León Bara.
Funciones: miércoles, jueves, viernes y dgos. 21 h, sábados: 22 h. Teatro Apolo.
La dramaturga contemporánea Sarah Ruhl propone en esta obra un tema que todavía es tratado con mucho cuidado en algunas sociedades o culturas: el placer sexual. Para ello se remonta a fines del siglo XIX, cuando aprovechando el invento de la electricidad por Tomás Alba Edison aparecen los primeros vibradores, usados para ayudar a algunas mujeres enfermas de histeria a liberar fluidos vitales.
En esta versión de En el cuarto de al lado, el Dr. Givings (Luciano Cáceres), pone en práctica una máquina inventada por él: un inmenso aparato con extremos intercambiables y vibratorios, con los que lleva a sus pacientes a la exaltación, lo que sería en términos simples a un orgasmo terapéutico, gracias a la maravilla de la tecnología.
Hasta el consultorio de este médico llega la Sra. Sabrina Daldry (Victoria Almeida) para ser curada de su histeria. El profesional la trata ayudado por su asistente Ana (Gipsy Bonafina), la que en algunos casos debe recurrir a la terapia manual.
La esposa del galeno, Catalina (Gloria Carrá), atraída por los gemidos que llegan desde el consultorio a la sala, se atreve a investigar lo que ocurre en ese cuarto, cerrado con llave y prohibido. Con habilidad obtiene información de Sabrina de lo que allí adentro pasa y juntas logran cruzar el umbral de los prejuicios y los deseos reprimidos.
A estos personajes se agregan el pacato esposo de la paciente, el Sr. Daldry (León Bara); Isabel (Erica Spósito), la nodriza y modelo de un cuadro; y Leo Irbing (Esteban Meloni), un excéntrico pintor que pone una cuota de trasgresión para la época.
En el cuarto de al lado es una deliciosa comedia que con leguaje sutil, apropiada dosis de humor y algunos detalles simbólicos, nos muestra lo difícil que fue y sigue siendo la experimentación del placer sin culpa y la libertad del cuerpo.
La puesta y dirección impecable y poética, ajustada a la maestría de Helena Tritek, junto a un grupo de actores que ponen pasión, picardía y talento.
Los detalles de escenografía, iluminación y vestuario tan logrados, que dan una ambientación como detenida en aquella época mediante un destello fotográfico.
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